¿ESTAMOS PREPARADOS PARA VIVIR SIN EFECTIVO?

 

¿Estamos preparados para vivir sin efectivo?



El dinero en efectivo permitió que nuestros antepasados abandonaran el trueque, permitiendo la expansión y dinamización de la economía, pero el uso del efectivo plantea problemas importantes como son la evasión fiscal, favorece la corrupción, el narcotráfico, secuestros y otros negocios ilícitos.

Recientemente, BBVA Research,  ha publicado un análisis económico titulado “México tiene que dar una guerra al efectivo” en el que recomienda facilitar políticas que incentiven la digitalización  de los pagos, pues el uso de efectivo, penaliza especialmente a la población más pobre del país, pues, además de la corruptelas y crímenes relacionados con el narcotráfico,  las personas que pobres están más expuestas a robos, son famosos los atracos generalizados a los viajantes en transporte públicos, o cobran su salario de forma informal, lo que nos le permite acceder a pensiones dignas. En México, es frecuente ver en los grandes supermercados a los empacadores, personas muy mayores que complementan su ridícula pensión con las propinas que obtienen al empacar las compras de los ciudadanos, la mayoría de ellos, han sido informales durante una buena parte de su vida laboral. 

La pandemia del COVID 19, ha servido en todo el mundo, para acelerar la digitalización en muchos procesos, que ya existían, pero a los que nos resistíamos, por ejemplo, los pagos con tarjeta, hasta hace poco, en muchos comercios existía un límite para pagar con tarjeta, y en comercios de barrios, ni siquiera se podía utilizar la tarjeta. La pandemia, con la recomendación de evitar tocar el dinero físico ha acelerado el uso de tecnologías como el pago por móvil, o las aplicaciones tipo Bizum para compartir dinero. En España, durante la crisis se ha reducido de forma importante la retirada de efectivo de cajeros, llegando a caer más de un 50% 

A nivel mundial, Suecia lidera el experimento de vivir sin efectivo, pero existen países como India, con más de 1.200 millones de habitantes, donde la mayoría de la población no disponen de cuentas corrientes.

Como conclusión, es claro que esta crisis ha supuesto un gran avance en el uso del dinero virtual, pero, vivir sin efectivo es una opción todavía lejana, pues, personas mayores o marginadas, quedarían fuera del sistema por no saber usar estas tecnologías. Por otra parte, la generación Z, la primera generación totalmente digital, empuja tan rápido, que incluso se plantea el pago mediante criptomonedas, que ya presentan serios problemas legales en los países al poder ocultar las transacciones y poder mover el dinero fuera del control gubernamental.

 

 

 

 

 

 

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